Pranayama
Pranayama, los Ata Yoguis hindúes calificados que han escrito sobre el tema, si dirigían a lectores de la India que poseían ya una formación previa y vivían en un ambiente favorable a la práctica de los ejercicios; descritos las traducciones que se han hecho de sus obras a lenguas europeas no corresponden por cierto a las instrucciones que habrían dado a occidentales que hubiesen aceptado como discípulos.
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El prana puede considerarse como el origen y la suma total de todas las energías del Universo. En la explicación hindú de la cosmogonía, de donde obtiene el prana su nombre, es complementario de la akasha, que podría también considerarse como el origen y la suma total de toda la materia en el Universo.
De la acción del prana primordial o proto-energía sobre la akasha primordial o proto-materia nace el mundo de la multiplicidad en cuya conciencia vivimos. Y puesto que, siempre según la concepción hindú, hay identidad, a la vez cualitativa y cuantitativa, entre el Universo-macrocosmos- y el ser humano- microcosmos-, el prana es también la suma total de la energía que anima al hombre, energía cuya manifestación más fácilmente perceptible- y sobre la cual, por consiguiente, es más fácil de actuar- es el aliento, la «respiración».
Por consiguiente , es en su aliento en lo que más puede apoyarse el ata-yogui para dominar todas las energías que existen potencialmente en él, y ponerse así en perfecta armonía con el Universo en el que vive.
Dado que en el estado actual de su evolución, la ciencia occidental moderna tiene la tendencia a ver en todas las formas de la energía manifestaciones de la electricidad o del electromagnetísmo, la mejor comparación que pueda hacerse hoy en día entre el prana y un concepto occidental moderno es, evidentemente, con la electricidad.
Esta comparación entre el prana- o mejor un aspecto del prana- y la electricidad no es nuevo, por otra parte, ni siquiera en la India. Hace más de cien años, el muy ortodoxo Swami Dayananda Sarasvati escribía que el dios Indra- en quien Shir Aurobindo ve la fuerza mental que domina todas las demás fuerzas- es » la electricidad que todo lo penetra».
¿ Qué es el Prana ?
El prana es para el yoga lo que la electricidad es para nuestra civilización. Imaginemos que la máquina de Wells para remontar el tiempo nos ponga en presencia de un yogui, dos mil años antes de nuestra era.
Imaginemos que le describimos nuestra civilización, con los aviones, el teléfono, la radio, la televisión, las aspiradoras, los frigoríficos, los coches, sin olvidarse los satélites y cohetes espaciales, pasando por las linternas, los cerebros electrónicos, los tranvías y los magnetófonos, pero «olvidando» hablarle de la electricidad: tendría una visión bastante falseada de nuestra civilización.
No entendería nada de su motor-esencial, la energía eléctrica- de la que fácilmente nos olvidamos, por lo demás, salvo cuando hay corte en el suministro.
Igualmente, ignorar o desconocer la existencia del Prana, su acción sobre nuestro organismo, el modo de almacenarlo, de dirigirlo a voluntad, es ignorar el verdadero yoga.
Sin duda, es posible practicar los asanas sin preocuparse del prana, porque, en cierta medida, las posturas aseguran casi automáticamente el equilibrio pránico sin que el adepto tenga que preocuparse de ello.
Una vez adquirida la técnica de las posturas, si se desea progresar, hay que sobrepasar el estadio de la ejecución puramente mecánica y material de los asanas y demás ejercícios yóguicos para pasar al estadio del Pranayama.
¿ En qué consiste, pues, el Prana? ¿ Se trata de una fuerza oculta misteriosa, fuente de poderes milagrosos?
Swami Sivananda dice: » Prana es la suma total de todas las energías contenidas en el Universo». ¡ Es amplio! Para los yoguis, el Universo está compuesto de Akasa, el éter cósmico, y del Prana, la energía.
Cuando el Prana actúa sobre Akasa, nacen todas las formas de la materia. Esta concepción corresponde en suma a la de nuestra física nuclear, que considera toda materia como energía «ordenada» o dispuesta de diversos modos. La ciencia no admite ( o ya no admite más) la noción de éter-¡ provisoriamente al menos!.
Todo lo que se mueve en el Universo es manifestación del Prana: gracias al prana el viento sopla, tiembla la tierra, se abate el hacha, despega el avión, estalla la estrella y piensa el filósofo. El prana es universal. Los yoguis afirman que lo que caracteriza a la vida, es su capacidad de atraer prana a sí, de acumularlo y de transformarlo para actuar en el medio interior y en el mundo exterior.
El prana es nuestro verdadero alimento, porque sin prana no es posible ninguna vida. El mismo dinamismo vital sólo sería una forma particular y sutil del prana que llenaría todo el Universo.
Los Rishis proclaman- y esto forma la base misma del yoga- que el prana puede ser almacenado y acumulado en el sistema nervioso, más especialmente en el plexo solar. Acentúan, además esta NOCIÓN CAPITAL ESENCIAL, a saber, que el yoga nos da el poder de dirigir a voluntad esta corriente de prana mediante el PENSAMIENTO. El yoga proporciona así un acceso consciente y voluntario a las fuentes mismas de la vida.
Control consciente del Prana
Descubrir la existencia del prana es notable. Descubrir que es posible controlarlo, determinar las leyes y técnicas propias para este fin es maravilloso: los yoguis han hecho ambas cosas. La ciencia del control del prana se llama el Pranayama ( ayama = reprimir, dominar). Todos los ejercicios del yoga tienen este objetivo, y no tan sólo las técnicas respiratorias. Un solo ejemplo: mediante el control de prana es como los yoguis detienen los latidos del corazón.
Traducir «Pranayama» por » ejercicios respiratorios» sería una limitación lamentable del alcance de esos ejercicios, y desconocería su meta verdadera: la captación, la acumulación y el control consciente de las energías vitales pránicas en nuestro cuerpo.
En último análisis, el pranayama es también la meta de los asanas, bandas y mudras; entre la mente y el prana existe una interacción que hace que ata-yoga vaya mucho más allá de lo físico. En realidad, no existe ninguna diferencia fundamental entre el yoga mental o raja-yoga y el hatha-yoga.
¿ Qué es la fuerza vital?
La fuerza vital es, sin lugar a dudas, una de las más generales, de las más poderosas y de las más incomprensibles de la Naturaleza. Todo lo llena y todo lo mueve. Probablemente es la fuente de todas las demás fuerzas del mundo físico, o por lo menos del mundo orgánico.
Ella es quien produce, conserva y renueva todo, y quien, después de tantos millares de años, hace reaparecer en cada primavera a la creación tan brillante y tan lozana como cuando salió de manos del Creador.
Verdadero soplo de la divinidad, es inagotable e infinita como ésta. Por fin, es ella quien, perfeccionada y exaltada por una organización más perfecta, inflama el principio del pensamiento y del alma, y da al ser racional no sólo la existencia, sino también el sentimiento y los goces de la vida, porque he observado siempre que el sentimiento que se tiene del precio y de la dicha de la existencia está en razón de la mayor o menor energía de la fuerza vital,
Y que así como una cierta sobreabundancia de vida dispone mejor a todos los placeres, a todas las empresas, y hace encontrarle más encanto a la vida, así también, por el contrario, no hay nada más apto que una falta de fuerza vital para producir este disgusto y este fastidio de la vida que por desgracia caracteriza demasiado bien a nuestro siglo.
El prana del aire
La fuente más importante del prana es la atmósfera. Muchos milenios antes que la ciencia descubriera la electricidad, los yoguis percibieron que la atmósfera vibra con una energía sutil y que ésta constituye la fuente principal de todas las energías en acción en el cuerpo humano.
Al respecto, una de las más significativas afirmaciones es la de la doctora Teresa Brosse, » La energía que le permite controlar su corazón e incluso detenerlo es de la misma naturaleza que el relámpago».
Es una afirmación sorprendente, si consideramos que el rayo ha sido siempre, y continúa siéndolo para los pueblos primitivos, un fenómeno terrorífico, incluso sobrenatural, y que estos pueblos están muy lejos de establecer una identidad de naturaleza, ni tan siquiera alguna relación, entre el relámpago y las energías vitales que permiten el funcionamiento de su propio organismo.
Comparando las teorías yoguicas con las observaciones y descubrimientos de la ciencia occidental, podemos afirmar que el prana de la atmósfera está constituido, si no en su totalidad, al menos en forma principal, por partículas electrizadas, digamos los iones negativos, y por otra parte que existe en nuestro cuerpo un verdadero metabolismo de la electricidad que captamos de la atmósfera.
En este dominio son de valor las fuentes occidentales, aunque relativamente poco numerosas, pues nuestros sabios se interesan más en lo que sucede en el cinturón de Van Allen que en los fenómenos de ionización en la atmósfera a ras del suelo, el medio vital en el cual vivimos.
Para encontrar indicaciones respecto a la electricidad atmosférica y sus repercusiones biológicas, nuestra elección se ha limitado primeramente a dos investigaciones que trabajan en países diferentes: Fred Vlés, profesor de la Facultad de Medicina de Estrasburgo, director de Instituto de Física Biológica, y el ruso Tchijewski, de Kiev.
Nos referimos sobre todo a la obre Fred Vlés, especialmente a su apasionante libro que debería haber revolucionado la biología, pero que no ha tenido el eco merecido: » Les conditions biologiques crees para les propriétés électriques de Látmosphéré»
Yin y Yang
Sorprende constatar que, excepto estos pocos casos, la ciencia no se ha preocupado mayormente de la influencia de la electricidad atmosférica sobre el ser humano, y esto hasta una época muy reciente. Los geofísicos no enseñan que la Tierra es un conductor cuya superficie está cargada negativamente, en tanto que la alta atmósfera es positiva.
La atmósfera, nuestro medio vital, se encuentra encerrada en un campo electrostático dirigido aproximadamente de arriba abajo, con diferencias de potencial de 100 al 150 voltios por metro de altura. La existencia de este campo de fuerzas dirigido de arriba abajo se conoce en China desde la antigüedad.
Una digresión nos llevará a examinar la concepción china yin y yang, y escucharemos ahora a Soulié de Mourant, que introdujo la acupuntura china en Europa después de la Primera Guerra Mundial:
» Uno de los aspectos más insólitos de la ciencia china es la importancia primordial que concede a la relatividad yin-yang. Este doble término se emplea en los sentidos más diversos y desconcierta a menudo a los investigadores. El yang es lo que está arriba, en relación a lo que está abajo, a la inversa del inn. Después de conocerse la electricidad, inmediatamente se ha llamado yang al polo positivo, e inn al negativo. «
«… Los doctores E. y H. Biancini, de París, han reunido en un artículo interesantísimo las nociones dispersas sobre las relaciones de la electricidad atmosférica y cósmica con la fisiología humana. Es interesante compararlas con las respectivas nociones chinas.»
» En cuanto a la existencia y los signos de esta fuerza, Beccaria había demostrado hacía mucho tiempo que el signo normal de las manifestaciones de un cielo sereno es positivo. «
1- Parías, Hemann &Cie.,6, rue de la Sorbonne
2- Lélectricité atmosphérique, son rôle en biologie ert en physiologie humaine. París- Médical, 15.4.19
«Los chinos constatan la energía positiva yang y atribuyen su origen al Sol y a los astros; también la energía negativa inn, atribuyendo su origen a la Tierra. Una obra china presenta la cuestión en estos términos » El yang es lo ligero, lo puro. Es la energía que flota arriba y de la cual está formado el cielo. El inn es espeso y pesado.
Es lo que ha tomado forma y se ha concretizado para formar la Tierra. La energía del cielo azulado se mantiene arriba, pero los vegetales se nutren de ella! ¿ Cómo ha percibido estas fuerzas los chinos de la antigüedad- porque estas nociones están reproducidas de obras del siglo XXVIII a. C.- y distinguido, bajo el nombre de energía yang, la electricidad atmosférica positiva y como energía inn la carga negativa de la Tierra? Se ignora.»
La climatología biológica permite extraer importantes nociones para la comprensión del yoga y de nuestras reacciones en diversas regiones geográficas y condiciones climáticas. Nos contentaremos, por el momento, con retener que el » gradiente potencial» de la atmósfera difiere considerablemente según el sitio y la época ( variaciones diurnas y estacionales).
Los fenómenos cósmicos influyen en él: fases de la luna, actividad del Sol, etc. Todos los factores meteorológicos lo modifican y bajo ciertas circunstancias, el campo eléctrico puede incluso invertirse temporalmente.
Prana=Iones negativos
Por el momento centraremos nuestra atención en la ionización de la atmósfera. El rayo constituye una de sus manifestaciones más evidentes. Un solo rayo descarga en el aire el equivalente del consumo total de energía eléctrica de varios días de una capital como París. Sin embargo, la electricidad atmosférica es importante en todo momento, aun cuando no se manifiesta en la forma espectacular de la tempestad.
Recordemos que un ión es un átomo o fragmento de molécula cargado eléctricamente, y que los iones son los verdaderos obreros de la vida en la célula; constituyen en buena parte su potencial vital, es decir, pránico.
En la atmósfera nos encontramos dos tipos de iones:
a) Los pequeños iones negativos, o iones normales. Muy activos eléctricamente, son minúsculos paquetes de energía eléctrica casi en estado puro. En el aire que respiramos, están por lo general constituidos por uno o más átomos de oxígeno o nitrógeno que llevan una carga correspondiente a un electrón único. Los pequeños iones negativos proporcionan la vitalidad al organismo, representan el prana atmosférico en su forma activa.
b) Los grandes iones, o iones lentos. Estos están formados de un núcleo polimolecular, por consiguiente mucho más gruesos, al cual se ha agregado un ion negativo normal- que deberíamos mejor decir ha caído en el lazo de dicho núcleo.
Nos quedaremos con que los pequeños iones negativos vitalizantes son rápidos, muy móviles, en tanto que los grandes iones lentos hacen de cazamoscas, aglutinando los pequeños iones, a los que atraen y capturan a su paso.
Lo anterior explica resumidamente y confirma las teorías yóguicas que afirman que le prana no es ni el oxígeno, ni el nitrógeno, ni ninguno de los constituyentes químicos de la atmósfera, porque la proporción de oxígeno de la atmósfera es la misma en la ciudad que en el campo.
Lo que hace que el aire de las grandes ciudades sea menos tónico y vivificante que el del campo es el predominio de los grandes iones lentos y la ausencia de los pequeños iones negativos activos. Por consiguiente, las partículas de polvo son tan perniciosas, sino más, como los gases de escape de los ches y las emanaciones industriales, porque absorben y neutralizan todo el prana de la atmósfera.
La única solución consistiría en impedir a cualquier precio que las partículas contaminarán la atmósfera ante que lleguen a vaciarla de sus pequeños iones vitalizantes. El humo y la niebla desempeñan el mismo papel. A menudo, en nuestras ciudades, se conjuran estos tres elementos. ¿ Hay que extrañarse que la vitalidad de los londinenses por ejemplo, baje tanto en invierno?
Favorecer el metabolismo eléctrico
Fred Vlés ha mostrado que esta pérdida de electricidad se veía favorecida por la acción fotoquímica de la luz ultravioleta que proviene especialmente de los rayos solares. Los baños de sol nos revitalizan al activar nuestro metabolismo eléctrico. Esto explica por qué el organismo no debe ser aislado eléctricamente, sino que debe permanecer unido al suelo, porque así es objeto de una huida eléctrica constante.
En la naturaleza todos los animales, según la expresión tan viva de Fabre, están » sometidos a una electroterapia permanente» sin posibilidad de sustraerse a ella. La piel mantiene el aire encerrado entre sus pelos, lo que constituye el mejor aislante térmico, sin que los pelos obstaculicen la evacuación de la electricidad.
Al contrario, son como pararrayos al revés. Todos hemos observado las propiedades eléctricas de la piel del gato: al acariciarlo, puede producirse un crepitar de electricidad estática.
Mediante sus patas, los animales están en contacto directo con el suelo. Sus organismos funiconan » a tierra». Esta acción es tan importante, que Fred Vlés se pregunta si muchas investigaciones referentes al metabolismo de los mamíferos ( efectuadas sobre animales enjaulados, por ejemplo), sin preocuparse de las condiciones eléctricas, no necesitarán una revisión de segunda aproximación.
En el hombre, la ropa forma una capa aislante que frena la evacuación normal de la electricidad por la piel y reduce los intercambios eléctricos con el aire atmosférico. Además detienen los rayos ultravioletas. El calzado nos aísla, en el sentido eléctrico del término, y contribuye así a disminuir nuestra vitalidad.
Los pueblos que viven desnudos, o casi desnudos, han gozado siempre de una vitalidad mucho mayor, y en cuanto se visten para seguir el ejemplo del hombre blanco, disminuye su vitalidad. Las tenidas occidentales con las que se cubren los poblados de Africa, imitando a los blancos, son una falta de sentido que entraña graves repercusiones sobre su salud.
Decididamente, esta noción de prana en forma de electricidad atmosférica, así como la necesidad de su renovación constante, aclaran muchas cosas.
Explica por qué caminar con los pies desnudos en la naturaleza provoca una sensación de euforia particular que nos siente sobre el piso de una habitación, donde el organismo funciona sin «toma de tierra».
Kneipp, gran intuitivo, lo había presentido al recomendar caminar pies desnudos sobre la hierba húmeda por el rocío matinal. El rocío permite una mejor » toma de tierra» del organismo. Caminar a pies desnudos por un río o arroyo produce efectos que no puede procurar un baño de pies en una jofaina.
Examinando ciertos fenómenos bajo su aspecto pránico, muchos hechos misteriosos e inexplicables se volverán límpidos y darán lugar a aplicaciones prácticas no sólo para nuestro comportamiento general, sino sobre todo para la respiración yóguica.
Resumen.
El prana es la suma total de todas las energías del Universo.
El contenido del prana de la atmósfera está sujeto a variaciones muy importantes, estacionales y geográficas.
Los grandes iones lentos carecen de interés desde el punto de vista pránico; en cuanto trampas para los iones pequeños, son incluso nefastos.
El polvo, el humo la niebla privan al aire del prana.
El sol, los rayos cósmicos, las masas de agua en movimiento y en evaporación son los principales factores de ionización y cargan el prana al aire.
Existe un metabolismo de la electricidad. El organismo absorbe electricidad atmosférica, la utiliza y la evacua por la piel; mientras más activo es este metabolismo por la absorción de iones negativos y la evacuación de la electricidad en exceso, más «vivo» y en buena solud estará el organismo.
El prana en el organísmo.
» Cuando se considera la vida orgánica a la luz de la física biológica, se constata que los fenómenos eléctricos forman la base de toda la vida celular, y se llega a la conclusión de que el término de todo es una carga eléctrica.»
Dr.J.Belot.
El estudio de los fenómenos bioeléctricos- es decir, pránicos-, cuya sede es nuestro organismo, reviste una importancia particular cuando se consideran sus aplicaciones prácticas, cuya finalidad es acumular y «manipular» el prana, porque es indispensable comprender por qué y cómo actúa el pranayama sobre nuestro cuerpo mediante esas energías sutiles.
Citaremos, al respecto, los trabajos de muchos sabios occidentales, que afianzan la tesis yóguica con el rigor científico de Occidente y permiten captar el mecanismo de acción de la acupuntura china, medicina empírica con base energética, es decir pránica.
Consideramos ante todo la célula, ladrillo del edificio humano. Para los yoguis, en el inmenso océano pránico, constituido por el universo material, todo lo que vive, desde la célula más humilde hasta el ser más evolucionado es un torbellino organizado de energía.
El prana es la energía básica que anima todas las formas de la vida. El prana no es la materia llamada » grosera», basta, sino más bien la energía que la mueve. El prana acompaña a la vida desde su origen, la conserva y la controla.
Cada célula, considerada individualmente, es la sede de importantes manifestaciones pránicas ( los yóguis presentían la existencia de las células, las «pequeñas vidas») y el organismo entero está controlado por el prana.
El Dr. René Allendy escribe:
» Durante mucho tiempo un cierto escepticismo, reacción contra el misticismo de épocas antiguas, una tendencia excesiva a la objetividad tangible, derivación bastarda de un genuino espíritu científico, han aportado a los médicos del estudio de los imponderables. Sin embargo, es a nivel de lo infinitesimal, de lo impalpable, donde se originan los mecanismos vitales, tanto para los fenómenos normales como para sus manifestaciones mórbidas, tanto para la alteración patológica como para su curación. Muchos de esos imponderables han entrado ya en la ciencia; ésta es la dirección que deberían seguir ante todo las investigaciones médicas. «
«Durante mucho tiempo se ha considerado a la célula como el elemento primero de la vida y llevar las consideraciones médicas hasta su nivel parecía, el máximo de la generalización. Era la época de la histología y de la anatomía patológica. Parecía que no había nada vivo a una escala más pequeña. Hoy en día, por el contrario, la célula se nos presenta como un organismo extraordinariamente complejo».
«Podemos constatar que los mecanismos vitales, en particular la asimilación y la desasimilación, cuyo conjunto constituye la nutrición, están ligados a variaciones no sólo atómicas, sino incluso electrónicas, en los extremos de las largas cadenas de valencias encajadas en la molécula orgánica.
Una modificación infinitesimal de iones, de átomos o de electrones provoca la fijación en un extremo de un átomo nuevo ( absorción) o, por el contrario, su liberación respecto de la cadena ( eliminación). La molécula misma se mantiene en un estado de equilibrio relativo o de conservación mediante incesantes variaciones de este género.
» Debemos entrar en la disposición de las moléculas y átomos, en su naturaleza, en sus niveles electrónicos y en sus ´quanta´para intentar descubrir el principio de estos procesos, de este metabolismo que es la vida».
Así se expresa Robert Tournaire en su notable libro sobre el nacimiento de la vida ( La Naissance de la Vie, paría, 1938).
Antes la medicina y la biología veían en la vida una simple reacción química, es decir, un intercambio puramente mecánico de átomos y de moléculas. Sin dejar de ser verdadera, esta concepción se presta hoy en día a una interpretación más fina, porque se ha comprendido que esos intercambios dependen de un potencial eléctrico en tal forma que lo esencial de fenómeno se encuentra referido al átomo y al electrón.
En suma, la nutrición, al igual que los intercambios gaseosos del pulmón, es un fenómeno eléctrico.
El profesor Pech de Montpellier ( Siécle Médical, junio-noviembre de 1927), definió un índice de nutrición como la diferencia del potencial eléctrico, sea entre dos tejidos de un ser vivo, sea entre un tejido de un ser vivo y un cuerpo químicamente definido o no con el cual está en contacto, sea ente un tejido de un ser vivo y el medio exterior o interior respecto al cual se nutre.
El índice es positivo o negativo respecto al tejido del ser vivo considera; el agua de mar tendría un índice negativo para el hombre, pero el agua salada artificialmente tendría un índice positivo.
Así el problema de la nutrición pasa de la química a la física y se encuentra relacionado con las más sutiles influencias que podamos conocer. Igualmente, la floculación de los coloides, a la que Augusto Lumiére atribuye el envejecimiento y un gran número de enfermedades se debería al hecho que los micelios pierden su carga eléctrica.
Para resumir, citamos al Dr. Goust:
«En las células, la ionización es de importancia capital. Los electrolitos tienen una actividad vital gracias a su ionización. En el organismo, los iones son los verdaderos obreros de las células y de los tejidos».
Así, podemos considerar en cierta forma cada célula como una dinamo y el cuerpo humano en conjunto como una vasta síntesis bioeléctrica.
Los fenómenos bioeléctricos controlan todos los fenómenos vitales, en todos sus niveles. Por cierto, son las variaciones de potencial eléctrico por tanto pránico las que, al propagarse a lo largo de los nervios, constituyen el «influjo nervioso: pero esta circulación y transmisión de bioenergía no se limita sólo al sistema nervioso.
Los órganos de absorción del prana
«La primera finalidad del método yoga es el control de las energías vitales o pranas ( así lladas porque el aliento vital, prana, es el más importante y más directamente controlable de todos los ritmos vitales).
A este fin, debemos primeramente establecer el control de nuestra conciencia mental sobre todas nuestras reacciones vitales y emotivas.
Esta absorción por el consciente de las energías inframentales nos da la fuerza que le permite al consciente lanzarse en la región de la conciencia supramental…»
«Se da el nombre de Hatha-Yoga a las prácticas y disciplinas que permiten el control del cuerpo y de las energías- aunque no sea sino uno de los medios del yoga, constituye la primera preparación en el camino de la reintegración, el punto de partida necesario para una realización ulterior».
Para los yoguis, lo esencial es que el sistema funcione y produzca los resultados previstos. Y en este domino tienen al menos cuatro a cinco mil años de experiencia de adelanto sobre nosotros. Sin embargo, es tranquilizador para el lector cartesiano constatar que el dominio del prana, cuando la ciencia occidental se ha ocupado de la cuestión, las teorías yóguicas se han visto confirmadas y consagradas.
¿Qué significa exactamente la palabra » pranayama»?
La palabra pranayama se compone de «prana» y de «ayana» que quieredecir longitud, expansión, retención y también control. » Pranayama» es, pues, la ciencia yóguica del control del prana e el ser humano. Puede observarse que no hemos escrito «cuerpo humano», porque el pranayama apunta más allá de lo físico.
El pranayama es la ciencia más vital, porque, al fin de cuentas, todas las energías que se manifiestan en forma de vida son de orden pránico: conscientemente todo ser vivo manipula el prana, desde su nacimiento hasta su muerte, sin hacer por esto pranayama. La finalidad del yoga es la de intensificar y controlar CONSCIENTEMENTE este metabolismo pránico para decuplicar las energías físicas, mentales y psíquicas del adepto.
Traducir pranayama por «ejercicios respiratorios» o «control de la respiración», daría una visión menguada, ya que el control del aliento no es la finalidad, sino sólo un medio, particularmente eficaz, cierto, para llegar a controlar y a repartir las energías vitales.
Nuestro organismo se encuentra en constante relación con el cosmos impregnado de vibraciones energéticas, pránicas. La diferencia esencial entre un objeto inanimado- una silla o el robot más perfeccionado- y un ser vivo- desde la ameba hasta el hombre- radica en que el primero está sometido pasivamente a la acción de las fuerzas cósmicas, en tanto que el ser vivo se apodera del prana, lo transforma y la utiliza para sus fines propios.
Sólo existimos gracias a que extraemos prana del cosmos, extracción que se efectúa mediante órganos especializados. Para el yogui, y por orden de importancia, los principales puntos de absorción del prana son:
- Las terminaciones nerviosas de las fosas nasales
- Los alveolos pulmonares.
- La lengua
- La piel
Los examinaremos sucesivamente comenzando por lo menos importantes en lo que atañe al control del prana.
La Piel
Es ocioso precisar que la piel es algo más que una simple envoltura: es uno de los órganos más voluminosos y más importantes del cuerpo. Sin ella no podemos vivir, como lo prueba el ejemplo de las personas con extensas quemaduras. Pero lo que más conoce el gran público son sus funcionales de excreción, y no las de órganos de absorción de la vitalidad.
Por los poros expulsamos toxinas que de lo contrario, se acumularían en el organismo; pero lo que es mucho menos conocido y lo que nos interesa particularmente, es el papel pránico de la piel. Está- o debería estarlo- en contacto con el aire vibrante de energía; puede absorber importantes contidades de prana solar, como la afirman las teorías yóguicas.
Esto ilumina la heliosis bajo un nuevo ángulo. Entre los yoguis va mucho más allá del simple objetivo de tostarse la piel- tanto más que en la India no existe la ambición de broncearse sino al contrario, lo que se busca es un tinte claro-. Para los yoguis asolear la piel es absorber energía solar irradiante.
En Occidente consideramos que la piel reacciona automáticamente a la acción de los rayos solares. Es cierto, pero los yoguis afirman que es posible influir activamente en esta absorción de energía, acrecentarla y controlarla voluntariamente. Aunque el principal papel de la piel sea absorber prana, también es un órgano de expulsión de prana.
La lengua
«¡ Eres lo que comes!» ¡ Somos sol condesado! Este grano de trigo, esta hoja de verdura, esta manzana, son energía solar concentrada.
Para los yoguis, la lengua es un órgano importante de absorción del prana. Una parte no despreciable de la energía del cuerpo se extrae de los alimentos. Para el occidental, hombre de sólido buen sentido, parece incluso ser la única fuente de energía y constituye su verdadero «carburante».
Si consideramos el cuerpo como una simple máquina térmica, sin llevar más a fondo el examen, esta visión parecería justificada y no vamos a negar la importancia de la dietética. Pero esto sólo es válido para las partículas densas, sólidas, del cuerpo.
En cuanto abordamos el dominio de las energías sutiles, vitales, pránicas por definición estos constituyentes físicos se tornan menos importantes. Desde el punto de vista pránico la fijación del prana se hace menos por el estómago y el intestino que por la lengua.
Los yoguis unen el prana al gusto: durante todo el tiempo que un alimento desprende sabor, es señal que aún hay prana por extraer. ( Entendámonos: el sabor no es el prana, pero indica su presencia). Mastican, pues, su alimento hasta que se hace insípido; en este momento después de la absorción del prana sutil- lo tragan y el sistema digestivo puede asimilarlo como material de construcción del cuerpo.
La importancia de la masticación aparece así bajo una óptica muy diferente de la que considera dicha masticación sólo como un medio de facilitar la digestión en el estómago y en el intestino. Si no masticamos los alimentos hasta extraerles todo su sabor- desde el momento que, según el yoga, no hay otros órganos de absorción del prana en el tubo digestivo- el alimento puede sin duda reconstituir nuestro cuerpo físico, pero no cargar al máximo nuestras baterías pránicas, energéticas.
Pensándolo bien, podemos admitir las teorías yóguicas. Cuando estamos agotados, fatigados y tomamos algún alimento, inmediatamente nos sentios con renovado vigor, tenemos la impresión de que hemos restaurado nuestro dinamismo y nos sentimos preparados para continuar nuestra labor.
Pues bien, fisiológicamente, el efecto revigorizante de una comida no podría notarse antes de dos o tres horas, y no inmediatamente después de comer, ya que la digestión ni siquiera ha comenzado. Por el contrario, antes que un alimento aporte energía, provoca un gasto de ella, por cuando la digestión, proceso muy complejo, acapara hasta un 70% de la energía nerviosa disponible.
La teoría yóguica explica todo esto si se admite, en lo referente a la alimentación, que la energía pránica se absorbe por la lengua, es decir, sin ninguna digestión.
Conviene recordar aquí que la homeopatía prescribe conservar largo tiempo los alimentos bajo la lengua. Al gin de cuentas, la homeopatía es una medicación más «pránica» que química, o incluso exclusivamente pránica.
La Nariz
Por importante que sea el papel de la piel y el de la lengua para los yoguis la nariz representa el principal órgano de absorción del prana. El aire es nuestro principal alimento: su privación nos hace pasar en pocos minutos de vida a muerte, su insuficiencia provoca graves molestias fisiológicas. A razón de 18 inspiraciones de 1 litro por minuto, como término medio, nuestra nariz dejar pasar en ambos sentidos unos 13.000 litros cada veinticuatro horas.
Comparados con semejante volumen, dos litros de agua y un kilogramo de alimento sólido hacen triste figura. Al ser el aire, pues, nuestro principal alimento, el paso de este vital elemento está estrechamente vigilado; por este motivo los cornetes de la nariz están tapizados de una infinidad de receptores nerviosos ultrasensibles, que pueden captar todas las variaciones cualitativas del aire.
La nariz no se contenta con acondicionar el aire, limpiarlo de las partículas de polvo, calentarlo, humedecerlo, sino que además mide sus cualidades sutiles. Un mal desencadena inmediatamente importantes mecanismos fisiológicos: el cuerpo se pone en estado de alerta, pues cualquier mal olor se considera nocivo. La sensibilidad de los receptores nerviosos del olfato es increíble.
Pensemos un momento en todo lo que sucede cuando aspiramos el perfume de una rosa. La cantidad de materia que emana de la flor es tan mínima, tan diluida- casi automatizada-. Que sólo los instrumentos de medición ultra perfeccionados de la física nuclear serían capaces de detectarla y medirla, y, sin embargo, nuestro órgano olfativo reacciona inmediatamente, y de modo perceptible a nuestra conciencia.
No nos contentamos con percibir un perfume: lo identificamos con precisión; reconocemos de inmediato el perfume de la rosa, del lirio o del clavel.
La aromaterapia se basa, por definición, en la absorción de los elementos volátiles, ionizados, mediante la nariz. Además, al actuar sobre las terminaciones nerviosas de los cornetes de la nariz, relacionados por vía refleja con centros nerviosos situados en la médula espinal ( especialmente en el bulbo raquídeo), es posible provocar reacciones profundas e inmediatas en todas las funciones del organismo.
Un ejemplo familiar nos lo va a demostrar. En presencia de una persona en estado de síncope, ¿ cómo reacciona uno? Inmediatamente corremos en busca del amoniaco y se lo hacemos » respirar a la persona desvanecida. De hecho, por estar en síncope, casi no respira. . ¿ A qué nivel actúa el gas irritante? ¿ En los pulmones? No, porque sólo una ínfima fracción penetra hasta los alveolos pulmonares; por lo tanto, actúa sobre las terminaciones nerviosas de los cornetes de la nariz.
Muy pronto la persona comienza nuevamente a respirar, el corazón acelera sus latidos, el rostro lívido toma un color rosado, los ojos se abren y muy extrañada, pregunta qué le ha sucedido.
Esto nos demuestra hasta qué punto los cornetes de la nariz están en relación con centros nerviosos vitales. Citemos aún la reflejoterapia endonasal, técnica terapéutica que suscitó grandes esperanzas, pero que no ha sobrevivido a sus inconvenientes de orden práctico.
Haciendo titilar puntos precisos de las fosas nasales, se desencadenan, por vía refleja, reacciones en vísceras alejadas: estómago, hígado, riñones, bazo, etc. La utilización terapéutica de este fenómeno ha dado nacimiento a la reflejoterapia endonasal. Pero, ¡ hay un pero! La zona correspondiente a un órgano determinado es forzosamente minúscula y su situación exacta varía en cada individuo, pues así como no hay dos impresiones digitales idénticas, la «geografía» nerviosa de los cornetes nasales de cada cual es «única».
Se precisan investigaciones individuales laboriosas y pacientes para confeccionar el «mapa» nasal antes de iniciar un tratamiento. Además, esta terapéutica sólo se aplicaba a las perturbaciones funcionales recientes, no incrustadas en el soma en forma de lesiones orgánicas.
Por este motivo sucumbió este método a sus inconvenientes de orden práctico. Sin embargo, nos confirma que los cornetes nasales están en relación refleja con toda la mecánica nerviosa que regula el funcionamiento de nuestro cuerpo. Estas conclusiones son muy importantes para permitirnos comprender las leyes de la acumulación de la energía pránica definidas por los yoguis.
Los alveolos pulmonares
Si los cornetes nasales son el principal órgano de absorción del prana, también los pulmones son sede de importantes manifestaciones pránicas. El paso de oxígeno del aire alveolar a la sangre depende estrechamente de las cualidades físicas, es decir bioeléctricas, de la sangre.
El prana obedece al pensamiento
Uno de los descubrimientos más notables de los yoguis, que justificaría por sí solo la práctica y el estudio del yoga, es que EL PRANA OBEDECE AL PENSAMIENTO. En otras palabras, el pensamiento concentrado permite absorber una mayor cantidad de prana.
Aquí el Ata Yoga, cuya práctica del pranayama constituye una de las claves maestras- con los asanas y la relajación- se une con el Raja Yoga- el yoga del control mental-, puesto que es la mente quien puede dirigir voluntaria y conscientemente la absorción, almacenamiento y distribución del prana en el cuerpo humano.
Retened, pues, la siguiente regla: la absorción y acumulación del prana están bajo el control del pensamiento, porque es éste quien rige la práctica del pranayama.
Esto solamente es una introducción de un largo aprendizaje. Aquí os dejo el enlace de la fuente.
https://www.academia.edu/23712484/PRANAYAMA_La_Din%C3%A1mica_Del_Aliento