Las fases lunares podemos ver los ocho rostros lunares así como la dinámica y fuerza del inconsciente. Si vemos la luz como claridad y conciencia, y vemos la oscuridad como la inconsciencia, o el poder de lo oscuro, podemos fácilmente representar una guerra simbólica de luz y oscuridad en estas ocho fases.
https://bit.ly/3JHnWnL Sígueme para no perderte ninguna publicación
En el novilunio reina el mundo de Hécate o Lilith, la Luna hechicera, el rostro de la madre terrible. Del otro lado, el plenilunio se le equipara muchas veces con la Diosa Diana, el rostro Luminoso de Jesod. Por lo tanto arquetipalmente es una guerra, una lucha entre luz y oscuridad, en que la Luna en 30 días, cada mes, muestra sus diferentes rostros: Las Mareas Astrales.
El Novilunio es la luna de Hécate. Es la oscuridad, la ausencia de luz, por lo que podemos entenderla como magia negra, sombras, o el mal. El Dragón de los Qliphoth levanta sus múltiples cabezas, desde el reino de Hécate.
Dentro del Cuarto Creciente continúa el reino de Hécate, pero si lo entendemos como un territorio, aquí empiezan a entrar o a emerger filamentos de luz. La luz suavemente se va introduciendo en la oscuridad. Pasamos del Novilunio como un mundo donde reina el mal, al Cuarto Creciente, donde comienzan a infiltrarse las Inteligencias Luminosas, pero todavía son minoría.
En este primer cuarto se equiparan las fuerzas: el bien y el mal se confrontan en igualdad de condiciones y progresivamente la luz comienza su ascenso. Después del primer cuarto pasamos a la Luna Gibosa: comienzan a ser expulsados los rostros de sombras de la Luna y solamente queda un pequeño filamento de oscuridad. Se están replegando las sombras.
En el Plenilunio se da la victoria de la luz, es el mundo simbólico representado por la Diosa Diana, no queda rastro alguno de oscuridad. Es conciencia, Luz Blanca del Astral. Cuando pasamos a la fase Diseminante se da el proceso inverso que con la Luna Gibosa, ahora gradualmente comienzan a introducirse de forma casi imperceptible, pequeñas gotas de oscuridad, como puntos de corrupción.
Todavía son pequeños y débiles, pero a medida que la oscuridad sigue avanzando llegamos al Ultimo Cuarto donde nuevamente las fuerzas se equiparan. Se da un equilibrio de fuerzas, para posteriormente en la fase Balsámica completarse la invasión de la oscuridad, expulsando todos los rastros de luz, hasta que nuevamente se da el reino de Hécate en el Novilunio o Luna Nueva.
Esta es una batalla mensual que la Luna emprende consigo misma, en relación con el Sol. La Luna entonces no tiene significado propio, es un espejo que refleja la luz solar. Cuanto a mayor luz refleje, mayor será su identificación con el Sol, es decir, con la conciencia. Cuanto menor sea su reflejo de luz, mayor será el dominio del inconsciente.
La fase natal de la Luna indica la forma que resolveremos nuestro dilema evolutivo y también el grado de realización que alcanzamos en la vida inmediata anterior. Los cuatro puntales básicos de este ciclo nos van a mostrar, en qué casa se encuentra la Rueda de la Fortuna. La Rueda es un punto ficticio que nos da la relación de la Luna con el Sol desde el ascendente o punto de encarnación –cuerpo físico-.
Quien nace en plenilunio, es decir, la Luna oposición al Sol, va a tener la Rueda de la fortuna en CASA VII. La misma distancia que hay entre la Luna y el Sol es la que existe entre el ASC y la Rueda. Por lo tanto quien nace en plenilunio, viene a trabajar las relaciones de pareja y las relaciones en general. Quien nace en novilunio trabajará su propia identidad e independencia, de cara al mundo.
La Rueda se encontrará en la CASA I. Quien nazca en el primer cuarto, significa que tiene una cuadratura creciente Luna -Sol, por lo tanto los temas familiares, karmas ancestrales –raza, genética, apellido- serán vitales en la vida de esa persona. Por supuesto va a tener la Rueda en CASA IV. Un plenilunio, es decir una Luna en oposición al Sol, con planetas retrógrados nos va a mostrar básicamente un karma repetitivo relacional.
Por lo tanto si la Luna hace conjunción a planetas retrógrados es porque ella se encuentra en fase Gibosa, plenilunio, o diseminante. Toda una zona relacional donde se da la confrontación e intercambios con otras personas. Cualquier conjunción de la Luna a planetas retrógrados nos va a indicar que el Sol se encuentra en la zona opuesta.
Las fases lunares indican la pauta kármica de pasado. Muchas veces encontramos un parasitismo de la existencia anterior en la presente vida. El Karma del pasado puede medirse a tantos años-grados distancia el Sol a la Luna (Para los Iniciados he aquí la Clave: La presente encarnación realmente comienza a partir del Primer Novilunio Progresado).
La nueva vida, la presente, comienza dependiendo de la fase lunar del nacimiento. ¿Qué significa un mayor o menor poder del pasado sobre el presente para una persona? Que el inconsciente es más o menos fuerte. Una Luna con un gran poder del pasado puede ser por ejemplo Mozart, es decir, que trae y rescata lo que aprendió antes.
En el polo negativo puede ser un niño que ha tenido tantas crisis que ya en sus primeros años muestra perturbaciones, no existe separación alguna en su psiquis entre su última vida inmediata y su presente encarnación.
Si la Luna se encuentra en signos con planetas retrógrados nos está indicando que a los 27 años -que es lo que tarda la Luna progresada en dar toda la vuelta y llegar nuevamente al punto natal- se dan nuevamente vivencias o circunstancias para solucionar la retrogradación de los planetas.
Es decir, a los 27 años de edad junto a la inversión nodal, y la epifanía del retorno de Saturno, la Luna como punto progresado es la edad donde nuevamente se activa la Luna natal y sus aspectos. Si hay planetas retrógrados en el signo donde se encuentra la Luna es donde se da la vivencia. El mismo proceso ocurre a los 54 años de edad.
Si la Luna se encuentra en CASA V, y hay dos planetas retrógrados en esa casa, a los 27 años retorna una experiencia de maternidad y las asignaturas pendientes. Se puede o no tener un hijo, y la experiencia representa la retrogradación que se vivió en otra vida.
Si la Luna se encuentra en CASA VII y hay planetas retrógrados en la VII, indica un karma relacional y a los 27 años ocurre el retorno de la persona con la cual se generó la retrogradación o el karma.
Los elementos de la luna indican cuatro facetas importantes dentro de una vida a nivel kármico:
La Luna en fuego: habla de la necesidad de ser libres, independientes. Asumir protagonismo en la vida, en las circunstancias y de las personas que nos rodean. Es protagonista y va hacia delante. Necesita hacer lo que siente que debe hacer. Se va a confrontar, por supuesto, a muchas demandas de otras personas con las que generalmente no va a estar de acuerdo y es donde se da el conflicto.
Es una Luna orgullosa en donde la vida pone o no en relieve a la persona, su identidad y su personalidad.
Una Luna asociada a las retrogradaciones en fuego nos va a mostrar que ha tenido que luchar y pelear mucho por ser quien quiere ser, confrontándose continuamente. La Luna en tierra: Conecta con la parte material de la vida, la seguridad económica, la estabilidad, la estructura, las construcciones. Los frutos del fuego son el reconocimiento. Los frutos de la tierra son los bienes materiales.
Por lo tanto la Luna asociada a la tierra con planetas retrógrados nos muestra la dinámica financiera de la vida y la problemática financiera familiar. La Luna en fuego muestra la personalidad de la persona frente a la educación, la familia y la demanda familiar y social. La Luna en tierra va a mostrar la lucha o la dinámica con los bienes materiales, ya sea riqueza o carencia y pobreza, ya sea la repartición de bienes o la capacidad de estabilizar, multiplicar o reducir los bienes heredados.
La Luna en agua: Implica un trabajo lunar de dejar atrás el Ego. Si el fuego niega la personalidad de la persona, el agua siempre tiene una tendencia a dejar a la persona atrás, a desvalorizarla. Esta desvalorización de la Luna en agua a nivel de personalidad trae como consecuencia que la persona haga de su vida la vida de otras personas.
Ponga a la vida de otras personas antes que la propia vida. La Luna en agua piensa en otros antes que en sí mismo y sacrifica su vida en pos de la vida de otros.
Retrogradaciones de planetas asociadas a la Luna en agua trae muchas veces seres indefensos, frágiles o enfermos para que esta Luna pueda dedicarse a ellos. Siempre pone como destino ciertas circunstancias en las cuales la persona debe sacrificar ciertas aspiraciones de su meta personal en beneficio de los que se encuentran desvalidos, frágiles, o en circunstancias de dependencia.
Así como la Luna en tierra trae estas mismas responsabilidades pero a nivel material la luna en agua las trae a nivel emocional, personal.
Los tres signos de cada elemento nos van a especificar mejor cual es la dinámica. Por ejemplo la Luna en Escorpio, asociada a retrogradaciones, da la posición de Medea, la madre absorbente que no deja que otros se vayan. También los contactos Luna-Plutón.
La Luna en Piscis nos enfrenta con personas desamparadas, frágiles, enfermas.
La Luna en Aire: Es una dinámica relacional. Es opuesto al fuego. Si el fuego es la demanda personal y ser protagonismo, la Luna en aire es la de socializar, la de adquirir una determinada desenvoltura social, roce social. Cómo saber actuar, qué cosa decir, que cosa no decir.
Las demandas sociales y los puntos de vista son muy importantes. Está educada básicamente en función de otros. Como funcionar correctamente a la demanda de otros, pero si la Luna de agua es una demanda afectiva, la de aire es una demanda de saber manejarse en el entorno social. La capacidad de ser eficiente, adecuado o no dentro del mundo.
El ser o no diplomático. La Luna en aire es de integración a la sociedad donde funciona. Lo peor que le puede pasar a esta Luna es que sea tímida, lo que se puede dar cuando está asociada a planetas retrógrados.
Allí donde tenemos la Luna es un trabajo de rescate de lo ya vivído, del pasado, pero también es la prolongación de nuestra personalidad anterior. La Luna habla del signo predominante en la encarnación anterior. El Sol es el signo o el arquetipo que vamos a trabajar hoy.
Cuando vimos las fases lunares, los diferentes aspectos entre Sol-Luna nos muestran la facilidad o dificultad que tenemos en integrar la vida anterior, lo que hemos vivido y aprendido con lo que vamos a experimentar en esta vida. Hay muchas veces que la personalidad anterior ayuda a la personalidad actual.
Es decir, ciertas cosas que se vivieron sirven de apoyo o base a la vida actual. Se manifiesta generalmente por un sextil o un trígono, o la Luna en el mismo elemento del Sol, o elemento compatible del Sol. Por lo tanto se da una especie de continuidad. Cuando la Luna hace un aspecto tenso al Sol indica que hay una ruptura entre la personalidad anterior y la nueva personalidad a desarrollar, o que actúa como una especie de obstáculo. Entonces se da por cuadratura u oposición en el mismo dinamismo, pero en signo de choque.
Imaginemos alguien que nace bajo el signo de Leo, con la Luna en Acuario, en plenilunio. Tiene una personalidad anterior orientada a la solidaridad e igualdad pero sin ningún tipo de noción jerárquica o autoridad. Al nacer en Leo viene a desarrollar su parte de Eje Central y organizador del mundo inmediato en que ha encarnado.
Eso es lo que hace un plenilunio, confronta a una personalidad anterior y entra en choque con lo que debe trabajar hoy. Con otro ejemplo vemos una Luna en Cáncer en oposición a un Sol en Capricornio, la personalidad anterior necesitó protección, cuidado, y en esta vida se da la ruptura con este pasado. En esta vida debe ser quien asume la responsabilidad de ser el protector, salir del mundo familiar y enfrentarse a las demandas y jerarquías sociales. Es decir, los que nacen en plenilunio oscilan entre su pasado y su presente.
Alguien que tenga la Luna en Aries y el Sol en Libra, su pasado dice que es alguien que ha siempre hecho lo que ha querido y que no admitía ningún tipo de interferencia para lo que quería hacer, pero al tener su Sol en Libra nos está diciendo que en esta vida debe aprender a ceder, ser más diplomático y saber que no siempre se puede hacer lo que uno quiere.
Los nacimientos en plenilunios nos muestran una transición drástica entre lo que se ha sido y lo que se es y se será en esta vida. Por eso que la Coniunctio, en alquimia, es tan importante a nivel de destino personal, porque representa la integración del pasado con nuestra misión en esta vida. A veces la Coniunctio es difícil, a veces es fácil, depende de los demás aspectos involucrados.
Cuando vemos que alguien tiene la Luna en el mismo elemento del Sol, es un trabajo de continuidad de lo que se ha hecho antes a lo que se está haciendo hoy. Si vemos que la Luna se encuentra en cuadratura u oposición al Sol significa que es necesaria una ruptura de las imágenes lunares para dirigirnos hacia el Sol.
La meta última es lograr integrar los aspectos lunares -que podemos llamar inconsciente, complejos o traumas emocionales asociados a vidas pasadas- a través de un trabajo personal de autoreflexión, siendo más concientes de nuestros apegos y necesidades con la finalidad de dirigirnos hacia nuestro Sol, guiados por la Voluntad superior en armonía con nuestra voluntad personal.