Confucianismo. Una de las corrientes ideológicas más importantes de la antigua China. Su fundador fue Confucio (551-479 a.n.e.), cuyas ideas expusieron sus discípulos en el libro Lun-Yü (“Charlas y reflexiones”). Según Confucio, el destino del hombre está determinado por el “cielo” y no es posible modificar el hecho de que las personas se dividan en “nobles” e inferiores”.
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El joven debe subordinarse sin la menor protesta al de mayor edad, el que ocupa una posición inferior, al que ocupa otra superior. Mencio (Men-tsé), eminente seguidor de Confucio, hacía depender de la “voluntad del cielo” la desigualdad social. Otro partidario de Confucio, Siun-tsé (298-238 a.n.e.) estableció una teoría materialista según la cual el cielo constituye una parte de la naturaleza y carece de conciencia.
El hombre, cuando conoce las leyes (tao) de las cosas –decía Siun-tsé–, ha de aprovecharlas en su propio interés. Sin embargo, la orientación principal del confucianismo justificaba el dominio de las clases privilegiadas y exaltaba la “voluntad celestial” lo que sirvió de base a Tun Chun-Shu (siglo II a.n.e.) para elaborar la doctrina contucianista ortodoxa. En los siglos XI-XII, Chu Si y otros dan al confucianismo una fundamentación filosófica propia del denominado neoconfucianismo; según ella, en las cosas existen dos principios: el li, que es la fuerza racional creadora, y el tsi, que es la materia pasiva.
El primero forma en el hombre una cualidad positiva, la tendencia al bien; el segundo, una cualidad negativa, la subordinación a las tentaciones de los sentidos. Van Yan Min (1472-1528) dio al confucianisino una interpretación idealista subjetiva. En el transcurso de muchos siglos, el confucianismo, a la par del budismo y del taoísmo, ha constituido la ideología dominante de la China feudal.
El confucianismo ha ejercido una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam, Japón. Taiwan, Hong Kong y Macao así como por varios territorios poblados predominantemente por chinos, como Singapur . Fue la religión Oficial de China hasta 1912, cuando se proclamó la República.
El canon de la filosofía confuciana lo componen los Cuatro libros. Su pensamiento se formó durante un largo período que abarca las épocas de Primaveras y Otoñós y Reinos Combatientes (siglos VII al III a.C ). Cuando China fue reunificada por Qin Shi Huang ( 221 a.C ) ya era una doctrina perfectamente formada y definida, con muchos seguidores y un gran corpus textual. Tras la breve dinastía Qin, su núcleo fundamental se ha mantenido intacto, excepto por posibles errores de transmisión e interpolaciones que solo afectan lo accidental.
Como para la mayor parte de sus contemporáneos, los confucianos ven el cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta. El mal gobierno contradice el orden natural y viola el Mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato.
Los confucianos eran practicantes de un culto que giraba alrededor de la adoración a los antepasados y de poderes entre los cuales el Cielo era el más claro. El Señor de lo Alto (Shangdi), que es a veces mencionado, era algo más arcaico. Cuando aparece en los textos de los Cuatro Libros, el Cielo es un poder superior, que no está ni personalizado ni tan separado del mundo.
No es algo pasivo, pues de él vienen los mandatos y acciones, pero no es un dios del tipo judeocristiano. El Señor de lo Alto aparece como una divinidad suprema en los huesos adivinatorios de la dinastía Zhou. Los textos confucianos, al remontarse a épocas de la Antigüedad, lo mencionan a veces.
CONFUCIANISMO Y EL CULTO A LOS ANTEPASADOS
El culto a los antepasados tiene una gran importancia. Implica la creencia de que las almas de los difuntos pueden beneficiar o castigar a sus descendientes. Su evolución posterior lo convirtió en un rito cívico simbólico. Sin embargo, ni Confucio ni Mencio hablan de esa forma del culto a los antepasados. Otro elemento de importancia en el confucianismo es el rey o emperador, también llamado el Hijo de el Cielo. Él sería quien mediaría entre el Cielo y los hombres. El gobernante chino tiene el mandato y con él la autoridad de celebrar ritos.
Armonía con el cosmos
Según el confucianismo, el hombre debe armonizarse con el cosmos, es decir, estar de acuerdo a lo ordenado por el Cielo. Para ello, debe auto perfeccionarse mediante la introspección y el estudio. Si lo logra, tendrá conocimiento de sí mismo y de los deseos del Cielo, lo que le servirá para desarrollar su Li, que significa los ritos, las ceremonias, la rectitud y las buenas formas interiorizadas.
El Li es útil para desarrollar el Ren que se podría traducir por «buenos sentimientos hacia los demás hombres». La práctica del Ren supone las virtudes Zhong y Shu, que se traducen aproximadamente como ‘lealtad’ y ‘perdón’, o como ‘fidelidad’ y ‘compasión’. Si el hombre tiene Ren, podrá fácilmente practicar la justicia, los buenos principios, llamados Yi.
En el confucianismo, Yi se opone a Li, siendo este último de diferente tono y grafía al Li anteriormente citado que significa ritos o ceremonia. El Li opuesto a Yi significa beneficio, ganancia, lo que supone alejamiento de la generosidad que exige Ren.
El hombre que practica las anteriores virtudes es un Junzi un hombre superior. El término viene de las clasificaciones jerárquicas que denotaban a los nobles y caballeros. Se opone a Shunin, los plebeyos. Sin embargo, en el confucianismo el término resalta superioridad moral, sin relación al origen social. El Junzi sería educado y justo, la (virtud) le sería inherente y siempre estaría en el Justo Medio, que indicaba la necesidad de moderación en todo. Además, el Junzi conoce y respeta los mandatos del Cielo, y conoce el propio.
El confucianismo sostiene que hay pocos hombres superiores y que la mayoría la conforman los Xiaoren, literalmente hombrecillos. Ellos son hombres vulgares que no se elevan a lo mejor de la humanidad.
Debido a esto, el hombre superior tiene la misión de ocupar cargos públicos para poder dirigir a la Sociedad. Este punto es importante ya que la burocracia de la China posterior llegó a identificarse mucho con esta idea, dando lugar a gran espíritu de servicio en las buenas épocas. Sin embargo, en los tiempos de decadencia, como pudieron verlo los europeos en el siglo xix, era mayormente una doctrina seca e hipócrita, muy lejos de los pensamientos del confucianismo.
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