
Aceite San Lázaro Babalú Ayé. San Lázaro, en el contexto católico, es el santo de la enfermedad, la sanación y los enfermos. En la santería y otras religiones afrocaribeñas, su equivalente es Babalú Ayé, orisha de la enfermedad y la sanación, protector de los enfermos y de quienes sufren física o espiritualmente.
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Aceite San Lázaro Babalú Ayé. San Lázaro, en el contexto católico, es el santo de la enfermedad, la sanación y los enfermos. En la santería y otras religiones afrocaribeñas, su equivalente es Babalú Ayé, orisha de la enfermedad y la sanación, protector de los enfermos y de quienes sufren física o espiritualmente.
En el esoterismo, el aceite de San Lázaro/Babalú Ayé se utiliza para:
Protección frente a enfermedades o energías negativas.
Sanación física, emocional y espiritual.
Purificación y limpieza energética profunda.
Apertura de caminos y liberación de obstáculos relacionados con problemas de salud o adversidades.
No existe una receta única; la composición varía según tradición y objetivo, pero comúnmente incluye:
Aceites base: Oliva, jojoba, almendra, coco.
Hierbas y raíces: Ruda, romero, albahaca, consuelda, sábila, hierbas medicinales específicas según la tradición.
Resinas: Incienso, mirra, copal, para purificación y elevar la energía espiritual.
Esencias y perfumes: Lavanda, sándalo, mirra, pachulí o esencias florales, dependiendo del efecto deseado.
Color simbólico: Morado, negro, azul o blanco, que representan espiritualidad, sanación y protección.
Algunos aceites modernos combinan también minerales o cristales triturados para potenciar la energía.
El aceite de San Lázaro/Babalú Ayé se aplica de formas muy diversas en rituales:
Unción personal: Se aplica en el cuerpo (muñecas, frente, pecho, pies) para protección, sanación o liberación de enfermedades.
Velas y altares: Se unta en velas moradas, negras o blancas antes de encenderlas en rituales de sanación, protección o petición de milagros.
Objetos rituales: Amuletos, medallas, piedras y figuras de San Lázaro o Babalú Ayé se ungen para potenciar su energía.
Baños espirituales: Mezclado con agua de hierbas para limpiar la energía negativa y atraer salud y bienestar.
Oraciones y peticiones: Se acompaña de rezos tradicionales a San Lázaro o invocaciones a Babalú Ayé, pidiendo sanación, protección y liberación de enfermedades o adversidades.
Sanación y salud: Favorece la recuperación de enfermedades, tanto físicas como espirituales.
Protección energética: Defiende contra maleficios, envidias y ataques psíquicos.
Purificación: Limpia ambientes y personas de energías estancadas o negativas.
Liberación de obstáculos: Ayuda a superar problemas difíciles relacionados con salud, trabajo o relaciones.
Consagración: Es esencial consagrar el aceite con oración, invocación o ritual para que adquiera poder espiritual.
Respeto: No debe usarse para manipular a otros, siempre con intención ética y de sanación.
Almacenamiento: Guardar en lugar fresco, oscuro y limpio, lejos de la luz directa para conservar la energía.
Uso combinado: Funciona mejor si se combina con velas, oraciones, amuletos y rituales de limpieza o protección.
San Lázaro: Más enfocado en la sanación física y milagros dentro del contexto católico.
Babalú Ayé: Más amplio, protector de la salud, los enfermos y la purificación, dentro de la santería y el esoterismo afrocaribeño.
En muchos rituales modernos, se fusionan ambas figuras, aprovechando la fuerza de San Lázaro como santo católico y de Babalú Ayé como orisha sanador, creando un aceite muy potente para sanación y protección.
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